Muchos analizan lo que está pasando con el Merengue en la actualidad, unos con acertadas consideraciones, otros muy lejos de la realidad. Algunos merengueros aseguran que existe una crisis, lo mismo dirán los promotores y dueños de discotecas, otros que se manejan “diferente” dicen que no hay tal crisis o simplemente se hacen de la vista gorda. Entendemos que las diferencias se disolverían en el momento en que se planteen soluciones y se logren acuerdos entre merengueros y el gobierno, directores de emisoras, promotores y dueños de centros de diversión.
Primero debemos puntualizar que el mercado ha cambiado mucho en todo el sentido de la palabra, el público, especialmente el gusto de los jóvenes, los negocios de diversión, de igual manera la forma de hacer promoción. Es una realidad para los merengueros nuevos y los establecidos, que el que no tiene recursos para promover un producto, dígase efectivo en la mano, no puede visitar un director o programador de emisora y mucho menos un programa de televisión, Lo que ha provocado que muchos proyectos nuevos no resistan los altos costos para poder salir y mantenerse en el medio artístico.
Lo primero que debe lograrse es que los representantes de este ritmo lleguen a acuerdos con el Estado Dominicano para crear una ley que respalde la difusión del merengue, de igual forma obtener el respaldo de las instituciones gubernamentales. Realizar todos los años en las diferentes provincias del país un Festival Nacional del Merengue, donde se le dé apoyo a los nuevos exponentes y a los ya establecidos. Llegar a acuerdos convenientes con la Sociedad de Autores y los ayuntamientos respecto a las tarifas de sus impuestos. Plantear a las autoridades competentes la regulación de los horarios de los negocios de diversión para lograr un ajuste en la hora en que deben cerrar los bares y discotecas que cumplan con ciertos requerimientos como lo hacen en otros países. Demandar mas respaldo de las empresas de marcas nacionales para las actividades.
En la parte de las tarifas de los grupos, entendemos que se debe hacer un reajuste. Establecer precios para cada fecha del año y para los días de la semana, entiéndase de lunes a jueves una y de viernes a domingo otra. Tener cierta consideración para los clubes, puesto que estos anteriormente realizaban diversas actividades, pero con los altos costos de las agrupaciones los mismos han disminuido las actividades a su mínima expresión. En la parte popular se deben establecer tarifas para: fiestas privadas, tarimas, fiestas patronales de acuerdo al municipio, fiestas públicas y por zona según su poder adquisitivo y capacidad del lugar. Sabemos que no es lo mismo una fiesta en la capital que en un pueblito del sur. En otro orden, no les decimos como vender o manejar sus artistas, pero tenemos que analizar el caso de algunos bares y discotecas que presentan gratis a las orquestas, esto le hace daño al promotor, al lugar y al mismo artista, ya que la gente no quiere pagar por ver a esos grupos y solo esperan que se presenten en el lugar que acostumbra a presentarlos gratis.
Ya para finalizar, en conjunto con estas recomendaciones, será de gran beneficio para el género que se creen nuevas fusiones con otros ritmos y que se realicen más colaboraciones con artistas nuevos, con el fin de encaminar estos grupos que buscan establecerse en el mercado como una buena propuesta.
Por: Joel German. / www.blablablaenlinea.net
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