Todo el que nos lee sabe que hemos mantenido siempre una actitud y posición contraria a las medidas restrictivas en contra de la diversión nocturna, el entretenimiento, y los planes de austeridad del gobierno que implican la prohibición de actividades festivas en las navidades, como por dos años consecutivos se han dispuesto en el país.
El verdadero ahorro no es verdad que se consigue impidiendo que los empleados y trabajadores del Estado hagan su tradicional fiesta navideña, cuando todo el mundo sabe por dónde es que "se baila el mambo", y quienes son los que se gozan el ritmo.
Quienes más sufren las consecuencias son las orquestas pequeñas.En el pasado era tan buena la denominada "época de zafra navideña", que orquestas desaparecidas se reagrupaban para tocar bailes de la temporada. Lamentablemente ya eso no es posible debido a que el mercado se ha atomizado.
Sin embargo creemos que las agrupaciones musicales deben buscar alternativas, y no depender sólo de las posibilidades de las empresas e instituciones estatales en Navidad y Año Nuevo.
Ello equivaldría a hacer el mismo papel del pobre que espera en las Pascuas el obsequio de la caja navideña.Las orquestas deben prepararse, y hacer planes de contingencia, para tocar en cualquier época del año, tal y como sucede con Héctor Acosta, Los Rosario, Sergio Vargas, que se mantienen en actividad permanente, tanto fuera como dentro del país.Esperar, para vivir, un baile en Navidad de una empresa del gobierno, no es de sabios...
Las estrategias de venta y de mercadeo siempre deben estar en primer plano, en un negocio tan "frágil", "meloso" y "vaporoso", como es el de la música.
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