A pesar de que competimos en condiciones muy desfavorables, el Partido
Revolucionario Dominicano y sus aliados recibieron una alta votación que
nos llena de orgullo.
Ese hecho reafirma al Partido Revolucionario Dominicano como la principal fuerza política del país.
Doy las gracias a los partidos aliados, a los reformistas que
militantemente apoyaron nuestra candidatura, al Sector Externo y en
especial a mis compañeras y compañeros del Partido Revolucionario
Dominicano, por su espíritu de lucha y por la valentía con que se
enfrentaron a toda suerte de manipulaciones y tentaciones, demostrando
así su lealtad y amor a los principios y valores en que descansa nuestra
organización política y el legado del doctor José Francisco Peña Gómez.
Del mismo modo, agradezco a la entidad Ciudadanos por la Democracia y a
las organizaciones religiosas, comunitarias y de la Sociedad Civil que
confiaron en nuestras propuestas para adecentar la política y trabajar
por el bien común.
Quiero decir con toda claridad y firmeza que los resultados ofrecidos al
país por la Junta Central Electoral son el producto de la manipulación y
el abuso de poder y no la expresión de la voluntad libérrima del
pueblo, lo que es inaceptable para un demócrata como yo.
A la luz de lo dicho y ante la realidad de que más de dos millones de
dominicanas y dominicanos, desafiaron el poder absoluto y depositaron su
voto a favor de nuestra candidatura, asumo mi rol de líder de la
oposición en defensa del interés nacional y la preservación de la paz y
la tranquilidad de la familia dominicana.
Por eso, hago un llamado a la unidad de todos los dominicanos y
dominicanas para que trabajemos juntos por el fortalecimiento del
sistema democrático, por la aprobación de la Ley de Partidos Políticos y
de una nueva Ley Electoral, porque con eso garantizaremos que esta será
la última vez que se vulnere la voluntad del pueblo.
Que Dios nos bendiga a todos y todas.
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